Una sesión de terapia suele tener una duración estándar de 60 minutos. La frecuencia de las sesiones puede variar dependiendo de las necesidades individuales, pero generalmente, al principio, se programan sesiones de manera semanal o quincenal. A medida que avanzamos en el proceso terapéutico y se logran los objetivos, es posible que se espacien las sesiones, pasando a ser mensuales o incluso menos frecuentes, de acuerdo con la evolución y el acuerdo entre el terapeuta y el paciente. La frecuencia y duración exacta de las sesiones se discutirá y acordará durante la evaluación inicial y se ajustará según el progreso y las necesidades cambiantes a lo largo del tiempo. Nuestro objetivo es brindar un tratamiento efectivo y personalizado que se adapte a su situación única.